Cuatro estudiantes de la Universidad de Leicester han examinado la física detrás del éxito de plataformas de Nintendo, Super Mario Galaxy.
El breve artículo, titulado It's a-me Density!, intenta racionalizar el tamaño de un planetoide galáctico típico con el nivel de gravedad que afecta al jugador.
Galaxy permite que Mario salte y camine con la misma gravedad que en la Tierra (o en el Reino Champiñón), pero los mundos esféricos del juego son mucho más pequeños que un planeta promedio.
Dichos objetos son posibles, pero tendrían que ser increíblemente densos para que todas las sumas se sumen.
"Si se construyera un planeta con la densidad de una enana blanca, un radio de 50 m y una gravedad similar a la de la Tierra, ¿qué sucedería?" el papel reflexiona.
Resulta que a Mario no le iría muy bien.
Las diferencias de gravedad en condiciones tan extremas "inflarían y enrojecerían la cara del sujeto", determina el documento. "Es posible que esta sea la fuente de la tez de bebé de Mario".
Sin embargo, más en serio, ninguno de los planetoides duraría lo suficiente como para que los pises.
"El resultado de esta discrepancia es que, si se construye, el planeta sobreviviría solo por un breve momento antes de destruirse violentamente a sí mismo y a cualquier plomero pequeño que corra por su superficie".
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